El ICE abandona a mujeres y niños inmigrantes en una estación mientras se acercaba Harvey

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Nadie ha descrito a la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) como una agencia amable. Sin embargo, dejar a una mujer y sus hijos en una estación de autobús, sin tener dónde ir, mientras se acercaba un huracán de categoría cuatro va más allá de la falta de amabilidad.

Eso es exactamente lo que hicieron unos policías migratorios a 50 centroamericanos que buscaban asilo en Estados Unidos tras ser liberados el viernes de un centro de detención en el Sur de Texas. El grupo planeaba viajar en camión a diferentes partes de Estados Unidos para quedarse con parientes y hasta habían comprado sus boletos, pero con el huracán Harvey acercándose rápido, la línea de autobuses canceló su servicio el viernes por la tarde.

“Apenas salieron de los centros de detención de familias pasaron sus entrevistas de credibilidad y estaban a punto de ir con sus familias”, dijo para el periódico local de San Antonio Denise LeRock, una miembro de la Coalición Interreligiosa de Bienvenida que ayudó a los inmigrantes en la estación. “Ayer nos dijeron que los camiones no circularán mañana, porn eso el legislador Lloyd Doggett de San Antonio llamó al ICE para que no dejaran a las familias en la estación”.

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Según Doggett, el ICE le había asegurado previamente al legislador que iban a dejar a todos en la estación antes de que cancelaran el servicio de camiones. Pero no fue así.

La coalición se apuró para organizar a los funcionarios locales, otras ONGs y una iglesia local para ayudar a las familias. La iglesia, conocida como Ministerios Corazón, se encargó de recibir a las 50 mujeres y a sus hijos junto a unas cien personas en situación de calle. La ciudad mandó cobijas y camas y un banco de comida mandó agua y alimentos el sábado, informó el periódico local.

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Jonathan Ryan, director de Raíces, una ONG local que ayuda a familias de inmigrantes liberadas de centros de detención en Texas, le dijo al Rivard Report que, “por lo respecta al ICE, estas personas iban a quedarse y morir de hambre en la estación durante varios días. Llevaron su plan a cabo y ni pensaron en estas personas durante [un desastre natural]”.

Los dos centros de detención, los cuales abrieron en 2014 para responder a la ola de familias que huían de la violencia en centroamérica para pedir asilo en Estados Unidos, tienen unas 2,200 camas. Algunas personas que fueron detenidas ahí se refieren a los centros como las “perreras”.

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Para grupos como la Coalición Interreligiosa de Bienvenida, estas acciones del ICE no son sorprendentes. Un equipo de voluntarios tuvo que ponerse en acción el año pasado cuando los funcionarios de inmigración liberaron a cientos de mujeres y niños centroamericanos de los centros de detención sin tener donde ir.

Esa vez, el ICE dejó a unos 500 inmigrantes en un solo fin de semana, aunque no contaban con boletos de camión ni de avión ni dinero según informó el periódico The San Antonio Express-News. Los inmigrantes no paraban de salir de los centros pero la iglesia batalló para encontrar el espacio y los recursos para acomodarlos. Esta vez, a la problemática de pasados años, se le suma la preocupación por un huracán inminente.

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Este artículo fue publicado originalmente en inglés.

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