Cuando era maestra en la República Dominicana en 2010, Anna Bolton conoció a los jugadores de los Cleveland Indians, equipo que ahora se encuentra jugando en la Serie Mundial de béisbol. En aquel entonces tenía 23 años y daba clases de inglés y de cultura americana en la Academia Dominicana de los Indians. Su trabajo consistía en preparar un curso intensivo sobre los Estados Unidos para los jóvenes prospectos de 16 y 17 años. Los jugadores José Ramírez, Danny Salazar y Erik González estuvieron en su salón de clases.
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Hoy en día Bolton es una de las intérpretes oficiales del equipo. Fue contratada para el programa de traducción al español de las Grandes Ligas de béisbol. El acuerdo entre la liga y el sindicato de jugadores requiere que cada uno de los 30 equipos tenga intérpretes de tiempo completo, independientemente de cuántos hispanohablantes haya en cada equipo. Estos 30 trabajadores no tienen mucha visibilidad, su labor ocasionalmente se menciona en los medios como “dicho por un intérprete”. Sin embargo, tienen uno de los trabajos más interesantes y difíciles de la liga.
Bolton debe asegurarse que los jugadores puedan comunicarse y expresarse de manera correcta, algo crucial ahora que el equipo está compitiendo en la Serie Mundial.
Las Grandes Ligas de béisbol han tenido que contratar a varios intérpretes desde que los equipos empezaron a reclutar jugadores directamente de Puerto Rico, la República Dominicana, Cuba y otros países hispanohablantes.
El jugador puertorriqueño Orlando Cepeda escribió sobre algunos de los problemas relacionados con el lenguaje que enfrentó al emigrar a Estados Unidos. Dijo que la sede de su club tenía un letrero que espetaba: “Habla en inglés. Estás en los Estados Unidos”. También dijo que en la década de los sesenta algunos de los entrenadores castigaban a los jugadores por hablar en español en los vestidores.
Sin duda los equipos de hoy en día son más abiertos con los jugadores latinos. Sin embargo, la inhabilidad de los jugadores de expresarse ellos mismos puede ocasionar que sean malinterpretados y citados incorrectamente. Durante esta temporada, Carlos Gómez aseguró que fue citado incorrectamente por un periodista de Houston que escribió: I not really do much for this team. The fans be angry (Yo realmente no hago mucho por este equipo. Los fanáticos están enojados).
La nueva iniciativa de intérpretes fue impulsada por Carlos Beltrán (quien jugó para los Yankees de Nueva York) después de ver a su compañero Michael Pineda batallar para explicar porque usó alquitrán (sustancia que prohíbe la liga) el año pasado. Sus compañeros japoneses tenían intérpretes oficiales pero sus compañeros hispanohablantes tenían que depender de los entrenadores y compañeros del equipo.
Finalmente la iniciativa de Beltrán fue formalizada para la temporada 2016. La contratación de intérpretes para los jugadores hispanohablantes no es la solución a todos los problemas, pero es el primer paso para mejorar las condiciones de los jugadores latinos. Los latinos representan casi un tercio de todos los jugadores en las Grandes Ligas. Es fundamental para el futuro del deporte que ellos puedan comprender el lenguaje y expresarse bien.
Los traductores como Bolton y Diego Ettedgui, quien nació en Venezuela y ahora trabaja con los Phillies, llevarán a las Grandes Ligas hacía el futuro. Como parte del mandato, los intérpretes tienen que estar disponibles para las entrevistas antes y después de los partidos y acompañar a los equipos cuando juegan en otras ciudades. Pueden traducir las preguntas de la prensa o se pueden quedar callados a un lado de los jugadores para apoyarlos mientras responden en inglés. Sin embargo, los intérpretes también tienen que adaptarse a los muchos dialectos del español, como aprender la diferencia entre ‘acere’ y ‘chan’, palabras que los cubanos y dominicanos usan respectivamente para decir ‘amigo’.
“Se emocionan y se sienten más cómodos cuando ven que entiendes sus formas de hablar”, me dijo Ettedgui, quien trabaja con el astro venezolano Odubel Herrera. “No quiero que mi trabajo les impida aprender inglés… pero al mismo tiempo, no quiero que piensen ‘pues este tipo es flojo y no me quiere ayudar’ por el hecho de que los estoy empujando a hablar inglés”.
Bolton me dijo que el enseñar es una parte fundamental de su trabajo. Durante los primeros meses de 2010, trabajó con Ramírez enseñándole palabras y frases para poder ir al banco. Bolton dice que estableció un vínculo especial con los jugadores cuando eran más jóvenes. “Siendo maestra antes me ayudó porque saben que sí me preocupo de ellos”, me dijo. “Todos estaban en mi clase. Trabajar con ellos es una bendición”.
La temporada de las Grandes Ligas dura 162 partidos, y cuando eres el único (o la única) intérprete del equipo, no tienes fines de semanas para descansar. No descansas en las noches cuando juegan por la tarde y tienes muy pocos días para vacacionar. “Ha sido pesado”, me dijo Bolton.
Los intérpretes de los equipos deben navegar una posición complicada entre ser representante de los jugadores y ser empleados de los equipos. Bolton dice que tratar con las diferencias culturales de los jugadores latinos y las de una organización estadounidense puede ser una tarea sumamente complicada. “Siendo la voz de alguien es una responsabilidad grandísima”, dijo Bolton.
El programa ha tenido sus fallas. Algunos equipos estaban más preparados que otros para tener intérpretes de tiempo completo cuando comenzó la temporada.
Los Cubs de Chicago, quienes están jugando contra Cleveland en la Serie Mundial, se metieron en problemas cuando presentaron al lanzador Aroldis Chapman ante la prensa en julio pasado. El equipo se convirtió en ejemplo de lo que puede pasar cuando una interpretación no sale bien.
Los reporteros comenzaron a cuestionar a Chapman, jugador que fue suspendido por 30 partidos después de enfrentar acusaciones de violencia doméstica. El entrenador Henry Blanco fungió como traductor y las preguntas de la prensa sobre lo que el equipo esperaba de él y las respuestas de Chapman fueron malinterpretadas.
La interpretación simultánea es difícil ya que no tienes tiempo para pedir que se repitan las preguntas y respuestas. Tienes que estar enfocado y preparado, y Blanco no estaba listo.
Después del incidente, Chapman solicitó un intérprete de tiempo completo y contrataron a Mateo Moreno, quien lo ha apoyado durante la Serie Mundial.
Fusion contactó a los Cubs de Chicago para entrevistar a su intérprete pero no obtuvo respuesta.
Bolton sigue trabajando con Ramírez pero su labor sigue estando limitada ya que el deporte está lleno de supersticiones.
“No quieres atraer mala suerte”, dijo Bolton. “Si sé que necesito meterme al campo después del partido para traducir las entrevistas de José, no voy a al dugout demasiado temprano porque luego dirán, ‘Anna piensa que ya ganamos’”.
Bolton vio el fin de la novena entrada en el pasillo del dugout durante un partido contra los Blue Jays de Toronto el 19 de agosto. Los Indians estaban perdiendo 2-1, pero decidió quitarse su suéter para mostrar su confianza en Ramírez antes de que le tocara batear, anticipando que lo iban a bañar con Gatorade durante la celebración.
“Le dije a los compañeros que trabajan en video, ‘me lo voy a quitar antes de que siga José, porque sé que va a hacer algo grande’. Luego [Ramírez] anotó un jonrón para empatar el partido”, me contó Bolton. Después Tyler Naquin anotó otro jonrón para ganarle a Toronto.
Bolton se apuró para alcanzar a Ramírez y guiarlo en sus entrevistas. No se pudo escapar de la ducha. “[Ramírez] puso sus brazos alrededor de mi y pensé que estaba celebrando pero luego me agarró muy fuerte y Francisco Lindor vino con una hielera llena de agua y tiró todo sobre mí”, me dijo Bolton.
“Bienvenida al equipo”, le dijo Lindor. Frente a la cámara, igual de empapada que Ramírez, ayudó a traducir la entrevista en la que el jugador habló del jonrón que empató el juego.
Monica Torres is a journalist from Tampa, Fl., living in Brooklyn, N.Y. She has previously written for The Hairpin and The Feminist Wire.