Los monumentos confederados en Nueva Orleans desataron más protestas el pasado fin de semana.
Casi 700 personas marcharon el domingo en contra del racismo y se enfrentaron a una coalición de grupos conservadores en frente de la estatua del General Robert E. Lee – monumento que la ciudad planea eliminar en los próximos meses.
Muchos de los manifestantes que apoyan la preservación de la estatua llevaron banderas confederadas. Las banderas, al igual que algunos de los monumentos, se han convertido en símbolos de racismo y supremacía blanca.
Sin embargo, para algunas personas, representan el orgullo sureño y la tradición a pesar de ser un recordatorio de la violencia contra los afroamericanos y la esclavitud en Estados Unidos.
“La lucha es en contra de los fundadores de la ciudad que se han negado a traer igualdad y libertad genuina para las personas negras de aquí”, explicó Malcolm Suber, quien forma parte de Take Em Down NOLA, grupo que encabeza los esfuerzos para eliminar los monumentos confederados en Nueva Orleans.
Suber, un profesor de ciencias políticas en la Universidad del Sur, le dijo al diario The New York Times que le gustaría ver a los funcionarios de la ciudad darle martillos a los ciudadanos y “dejarle a todos pegarle [a los monumentos] —como el muro de Berlín”.
La ciudad planea remover los monumentos del general P.G. T. Beauregard y el Presidente Jefferson Davis en los próximos meses. El alcalde de Nueva Orleans, Mitch Landrieu, dijo que los monumentos son tan grandes que se requieren grúas industriales. Las compañías que cuentan con las grúas necesarias para remover las estatuas han recibido amenazas.
Hace un mes, la ciudad removió un monumento de la Batalla en Liberty Place. El gobierno le pidió a los reporteros no fotografiar las caras de los trabajadores que estaban quitando el monumento ya que habían recibido varias amenazas.
Aún faltan tres estatuas pero las autoridades insisten que la seguridad es prioridad.
“Seguimos seriamente preocupados por la seguridad debido a la intimidación, las amenazas y la violencia que ya conocemos”, dijo un vocero de la ciudad en un comunicado. “Por lo tanto, no compartiremos los detalles de las fechas para la eliminación [de los monumentos]”.