Mientras los residentes de la costa de Texas están preparando sus maletas para huir de los riesgos del huracán Harvey, la autoridades amenazan con la posibilidad de que el éxodo provocado por la tormenta se aproveche para que la policía de aduanas utilice sus puntos de control en las carreteras del estado, a pesar del desastre inminente.
“Los puntos de control de los patrulleros fronterizos sólo se cerrarán si presentan un riesgo para el público que está viajando y nuestros policías”, dijo la agencia en un comunicado dirigido al diario The Texas Tribune:
Los recursos de la patrulla fronteriza, incluidos los trabajadores y el transporte, se desplegarán si se necesitan para aumentar los esfuerzos y capacidades de las autoridades locales. La patrulla fronteriza es una agencia policial y no abandonaremos nuestras obligaciones.
Dicho de otra manera, los inmigrantes indocumentados que no saldrían de su comunidad por otra razón, ahora tienen un dilema pesado: quedarse en sus casas y arriesgar sus vidas frente lo que podría ser una catástrofe, o huir y arriesgarse a ser detenidos y deportados.
“Me preocupo cada año durante la temporada de los huracanes porque sé que yo y mi esposo no podemos regresar a México, por la inseguridad”, le dijo una inmigrante indocumentada al diario británico The Guardian cuando empezó la temporada el año pasado. “El riesgo que podemos correr al subir es que nos deporten”.
Esta decisión ha sido diferente que la del año pasado. En 2016, durante el huracán Mateo, la agencia publicó un comunicado con la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas diciendo lo siguiente: “No habrá iniciativas migratorias asociadas a las evacuaciones o los albergues relacionados al [huracán] Mateo, incluyendo el uso de puntos de control para propósitos de control migratorio en zonas impactadas durante una evacuación”.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés.