Jeanette Vizguerra se mudó al sótano de la iglesia de la Primera Sociedad Unitaria de Denver hace dos meses para evitar ser deportada. No ha salido de la iglesia desde entonces. Tiene miedo de que los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) la estén esperando afuera para arrestarla y separarla de sus tres hijos que nacieron en Estados Unidos.
No es una preocupación exagerada. El Presidente Donald Trump firmó dos órdenes ejecutivas para aumentar las detenciones y deportaciones de inmigrantes indocumentados. Muchas personas sin antecedentes penales han sido arrestadas. Los agentes de ICE han irrumpido en las cortes, los hogares y lugares de empleo. Las autoridades migratorias todavía no han entrado a las iglesias.
Vizguerra viene de México pero ha vivido 20 años en Estados Unidos. Fue arrestada en 2009 y se declaró culpable por usar una identificación falsa. Su abogado dice que solamente consiguió la identificación para poder trabajar como conserje y organizadora de un sindicato. Las autoridades pospusieron el proceso de deportación de Vizguerra por lo menos cinco veces. Sin embargo, ahora que le tocaba entrar a una oficina de ICE para una revisión rutinaria, Vizguerra decidió buscar refugio en la iglesia ya que muchos inmigrantes indocumentados han sido detenidos durante sus citas.
Ahora está luchando para permanecer en el país con sus hijos.
“Son mi vida. Y si no estoy con ellos, mi vida no tiene propósito”, le dijo a un noticiero local.
Sus hijos la visitan tres veces a la semana. Sin embargo, Vizguerra dijo que se siente sola en las noches sin ellos.
“Las noches cuando estoy sola y mis hijos no están conmigo es la cosa más difícil”, contó. “Mi Curi chiquita que siempre se dormía conmigo no está aquí entonces no la puedo abrazar”.
Vizguerra, quien es muy conocida en Denver por su trabajo migratorio, también dijo que es difícil ver a otras personas indocumentadas ser deportadas mientras ella está refugiada en la iglesia.
“Si estuviera afuera, podría hacer más cosas que solamente estar aquí. Eso es lo más difícil de no poder estar afuera”, le dijo al noticiero. “¿Cómo no puedo seguir? Tengo una gran responsabilidad”.
Está lista para esperar a que Trump se vaya o cambie de opinión. No importa si esto toma meses o años.
“Ahora, no hay un siguiente paso”, dijo Vizguerra. “Solamente puedo esperar. Solamente esperar. No se cuánto tiempo. ¿Un mes? Probablemente más. Pero emocionalmente, mentalmente, estoy preparada para estar aquí los cuatro años de la presidencia de Trump”.